CUARTO DOMINGO EN TIEMPO ORDINARIO (Enero 29, 2017)

CUARTO DOMINGO EN TIEMPO ORDINARIO (Enero 29, 2017)

Enfasis Sugerido

“Traten de obtener justicia, traten de alcanzar la humildad… no hagan el mal, no mientan al hablar”

Perspectiva Salesiana

Vivir con humildad es vivir en la verdad: la verdad sobre Dios, la verdad sobre nosotros mismos, y también sobre los demás. La verdad es que Dios nos crea en el amor, nos redime en Cristo y nos inspira/nos llena de vida a través del Espíritu Santo. La verdad es que nosotros estamos llamados a vivir de una forma que atestigüe nuestra dignidad sagrada y nuestro destino. La verdad es que nosotros debemos reconocer la sagrada dignidad y el destino de los demás.

En la medida en que nosotros vivimos en, por, y como resultado de esta verdad, nosotros le estamos otorgando a Dios y a los demás lo que es debido. En otras palabras, nosotros realmente vivimos en la humildad cuando buscamos y promovemos la justicia.

Hay muchas maneras de otorgarle a Dios y a los demás lo que es debido. Hay muchas maneras de promover la justicia. Una de las más poderosas maneras de promover esta justicia - y que está al alcance de nuestras manos- es la manera en que utilizamos el poder de la palabra… por que como todos sabemos, la palabra es una habilidad verdaderamente poderosa.

Francisco de Sales reconocía el poder de las palabras. El le dedicó no menos de cinco capítulos de la tercera parte de su Introducción a la Vida Devota al tema de la conversación y el papel que esta juega a la hora de promover – o subvertir- la rectitud. He aquí un ejemplo de sus pensamientos – y sentimientos- con respecto a este tema:

  • “Si un hombre no ofende con sus palabras es un hombre perfecto, dice San Humberto. Tengan cuidado de nunca permitir que una palabra indecente se escape de sus labios.”

  • “Así como los venenos corporales entran por la boca, aquello que envenena el corazón entra por los oídos y hace que la lengua que las menciona se convierta en asesina.”

  • “Nada es mas opuesto a la caridad, y sobre todo a la devoción, que el despreciar y el hablar mal de nuestros vecinos. Los teólogos lo consideran una de las peores ofensas de las cuales una persona puede ser culpable en contra de sus vecinos.”

La declamación mas conmovedora hecha por Francisco de Sales con respecto a la conexión entre la humildad, la justicia y la palabra se halla en el capitulo treinta, parte III: “Su lenguaje debe ser moderado, franco, sincero, honesto y natural. Manténganse en guardia en contra de la equivocación, la ambigüedad o la disimulación. Aun cuando no siempre es aconsejable decir todo lo que es cierto, nunca es permisible hablar en contra de la verdad. Por lo tanto, ustedes deben acostumbrarse a decir mentiras deliberadamente así sea para excusarse o por cualquier otros propósitos, recordando que Dios es “Dios de la verdad.” Es por esto que ustedes deben acostumbrarse a no mentir deliberadamente ya sea para excusarse por algo que han hecho o para cualquier otro propósito, y deben recordar que Dios es el ‘Dios de la verdad’. Si acaso por casualidad llegan a decir una mentira corríjanla inmediatamente ofreciendo una explicación y pidan las disculpas necesarias. Ofrecer una explicación honesta como excusa tiene mas poder y mas gracia que una mentira.”

Verdaderamente hay circunstancias en las que las palabras indudablemente no valen nada. Pero cuando se trata de vivir humildemente nuestras palabras se convierten en un tesoro invaluable: se convierten en una fortuna que Dios espera que nosotros usemos de formas que promuevan –y que pongan en práctica- la justicia y la verdad.