SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA (abril 8, 2018)

Enfasis Sugerido

“Así como el Padre me ha enviado, yo te envío a ti .”

Perspectiva Salesiana

San Francisco de Sales escribió: “Las vidas de los santos no son mas que el Evangelio puesto en práctica”.

Estas palabras, pronunciadas por un Santo, nos ofrecen una perspectiva útil sobre como un Cristiano debe vivir – poniendo en práctica el Evangelio. Pero, ¿qué significa esto? Para poder responder a esta pregunta recurramos a los pasajes del Evangelio.

Las lecturas del Evangelio para la temporada de Pascua cuentan la gran dicha que los discípulos del Señor experimentaron con Sus apariciones. Estos encuentros después de la resurrección les recordaban las experiencias personales vividas con Jesús antes de Su muerte. Es en estos eventos que hallamos una indicación de cómo poner en práctica las enseñanzas del Evangelio.

En el jardín de la tumba María Magdalena pensó que el hombre que había conocido era un jardinero, hasta que El pronuncio su nombre, “María”. Tomo solo un instante para que María reconociera que este extraño era en realidad Jesús. Sólo Jesús podía pronunciar su nombre con tanta ternura. Este hombre habló como hablaba Jesús, aun si no se parecía a El. Poner en práctica el Evangelio significa que nosotros debemos hablar a los demás en la misma forma en que Jesús lo hizo.

Por el camino a Emaús dos de los discípulos se encontraron con un extraño quien les habló de los eventos recientes ocurridos en Jerusalén de una forma que hizo que la llama de sus corazones se encendiera. Era como si Jesús mismo les estuviera hablando. Finalmente, fue en el momento en que EL partió el pan que reconocieron que ese extraño era en realidad Jesús. Alguien que ellos no reconocían a simple vista compartió la Palabra y el pan con ellos de la misma forma en que Jesús lo hizo antes de Su muerte. Poner en práctica el Evangelio significa que debemos compartir con los demás de la misma forma en que Jesús compartió Palabra y el Sacramento.

Más tarde en el mar de Tiberíades los discípulos pasaron la noche pescando sin obtener nada. De pronto un extraño que se hallaba en la playa les da una orden que resulta en una gran pesca y la escena evoca una memoria que hace que el amado discípulo afirme, “es el Señor”. Sentados en la playa comiendo ninguno se atrevió a preguntar al extraño quien era. Verdaderamente era El, aquel que cuando los llamo por primera vez los había guiado a una pesca casi tan grande como esta. Nadie podía bendecir sus vidas como lo hizo Jesús. Poner en práctica el Evangelio significa que nosotros también debemos ser bendiciones en las vidas de otras personas como lo fue Jesús.

Finalmente, la aparición de Jesús en el Evangelio de hoy nos dice que El ha sido reconocido por las llagas en Su cuerpo, las marcas de la crucifixión y la herida en el costado producida por la lanza del centurión. Este no era un fantasma. Este era el Jesús herido que en algún momento murió y que había resucitado de entre los muertos como lo prometió. La respuesta de Tomás fue: “Mi Señor y mi Dios!”

Poner en práctica el Evangelio significa que somos señales de la presencia viviente del Señor en este mundo. Que hablamos, como Jesús hablo. Que compartimos, como Jesús compartió. Que bendecimos, como Jesús bendijo. Hoy revelamos a Jesús resucitado caminando sobre la tierra.