LA FIESTA DEL CUERPO Y DE LA SANGRE DE CRISTO (Junio 23, 2019)

Enfasis Sugerido

“Denles de comer ustedes.”

Perspectiva Salesiana

Los discípulos parecían ser un grupo de hombres prácticos, quizás mucho más prácticos que muchos de los ministros de la Iglesia. Si fuese una parroquia contemporaria ellos habrían hecho sus preguntas de la siguiente forma: Acaso alguien ordeno una habitación para que todas estas personas se reunieran y comieran? Del presupuesto de quién salió todo esto? Qué comité está a cargo de todo esto?

Afortunadamente para nosotros, Jesús no se complicaba con ninguno de estos asuntos. De hecho, cuando se vio obligado a tener que darle de comer a al menos 5,000 hombres (sin contar las mujeres y los niños), Jesús esencialmente dijo, ‘háganlo ustedes.’

Su única instrucción fue que se sentaran en grupos de a cincuenta. Y para su crédito, ellos hicieron tal y como se les pidió. Y ahí esta el detalle, que ellos hicieron lo que se les pidió aun cuando no había evidencia de una solución que tuviera sentido. Obviamente, su fe en Jesús prevaleció. Y después de todo Jesús estaba allí, así que él seguramente tenía algún plan. Eso es lo que tenemos que hacer: confiar, tenemos que hacer lo que se nos pide hacer, tenemos que hacer lo que Jesús nos dice que debemos hacer y teniendo fe en que Dios tiene un plan.

Francisco de Sales escribió en su Introducción a la Vida Devota “tu objetivo principal en la Santísima Comunión debe ser el avanzar, fortalecer y hallar consuelo en el amor a Dios, y recibir, por el bien del amor, todo lo que el amor tiene para ofrecer. No hay muchas cosas en las que el amor de Cristo se halla más tiernamente y más conmovedoramente que en el Sacramento por el cual El, por decirlo así, se aniquila a Si Mismo por nosotros y se convierte en pan para poder nutrirnos y para unirse mas con los cuerpos y las almas de los fieles.”

Igualmente, hoy en día nosotros, cada vez que recibimos el Cuerpo y la Sangre de Cristo, tenemos a Jesús aquí con nosotros. Pero, somos buenos nosotros para hacer lo que nos es mandado a hacer sin tener evidencia de que podremos hallar una solución para cualquier situación abrumadora en la que nos encontremos? Algunas veces lo único que sabemos hacer en esos momentos es tratar de organizar lo que tenemos, enfocarnos en las prioridades, como los discípulos hicieron cuando organizaron a las personas en grupos de cincuenta. Entonces cuando procedemos sin saber cual será el resultado, y solamente con el conocimiento de que Jesús está con nosotros. Alguna vez leí un comentario en un pasaje del evangelio que hablaba de que la multitud estaba tan llena de amor que todos comenzaron a repartir unos con otros lo que habían llevado. Verdaderamente eso es un milagro, compartir con los demás como resultado del amor.

En este santísimo Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo nosotros somos retados a reflexionar sobre la máxima de San Agustín, “convirtámonos en lo que recibimos.” Nosotros nos convertimos en el Cuerpo de Cristo. Cuando nos hallemos en medio de una situación abrumadora y no veamos la forma de hallar una solución debemos recordar que Cristo esta presente en nosotros, con nosotros, y para nosotros, para ayudarnos a hacer lo que no podemos hacer solos. Así pues no debemos tener miedo cuando tengamos que hacer algo nosotros mismos, por que debemos saber que el Cristo en nosotros será nuestra fuerza. Quien sabe, quizás si mas personas internalizaran esto en su corazón todos tendríamos el poder para ser el Cuerpo de Cristo y para hacer todo lo necesario para cumplir con la voluntad de Dios.