SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO (Diciembre 9, 2018)

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO (Diciembre 9, 2018)

Énfasis Sugerido

“Prepara el camino del Señor con el con el esplendor de la gloria de Dios por siempre.”

Perspectiva Salesiana

Juan viajo por toda la región proclamando el bautismo del arrepentimiento como esta escrito utilizando las palabras de Isaías; “Prepara el camino del Señor, endereza sus caminos.”

Así como Juan Bautista les recuerda a las personas de la región de Jordania que deben preparar el camino del Señor, así también nosotros hemos sido llamados a hacer lo mismo. Comenzó con nuestro Bautismo cuando nos convertimos en miembros del Cuerpo de Cristo. Esto ocurre a causa de nuestras palabras y obras diarias, nuestro llamado a “Vivir a Jesús” cada momento del día.

Nuestra lectura sobre Baruch nos recuerda que debemos poner el esplendor de la gloria de Dios por siempre y nuestro Salmo Responsorial nos recuerda que el Señor ha hecho grandes cosas por nosotros, y que todos estamos llenos de alegría.

Nosotros podemos preguntarnos si verdaderamente estamos llenos de alegría mientras preparamos el camino del Señor. Lo estamos? Esto solo ocurre si trabajamos sobre nuestra relación con Dios y con los demás. Nosotros no podemos dar lo que no tenemos. Si Dios no es el centro de nuestra vida, entonces fracasaremos.

San Francisco de Sales nos dice en la Introducción a la Vida Devota, esa devoción debe ser experimentada en diferentes formas, y debe ser experimentada por el caballero, el trabajador, el sirviente, el viudo, la mujer joven y la casada. No solo eso, pero su práctica debe ser adaptada a la fuerza, las actividades y las obligaciones de cada persona.

San Francisco de Sales sabía que debemos comenzar con nuestro interior, nuestra plegaria de vida. Si trabajamos para construir una buena relación con Dios, podemos hacer lo que San Pablo le recomienda a los Filipenses; “En cada plegaria yo siempre oro con alegría por todos ustedes.”

Si nosotros recordamos el esplendor de la gloria de Dios por siempre tendremos la capacidad para preparar el camino del Señor con alegría en nuestros encuentros diarios con los demás. Seremos capaces de “Vivir a Jesús” en cada momento de cada día.6