DOMINGO 23 EN TIEMPO ORDINARIO (Septiembre 10, 2023)

Enfasis Sugerido

 

“No adquieran ninguna deuda con nadie, a menos que sea esa deuda que nos une en el amor los unos con los otros.”

 

Perspectiva Salesiana

 

El Diccionario de la Herencia Americana del Idioma Inglés define deuda como “algo que se debe, como dinero, bienes o servicios; una obligación o responsabilidad de pagar o de dar algo a alguien mas.” El diccionario también dirige al lector a buscar la palabra ghabh en el índice de las Raíces Indo-Europeas: “Derivados importantes son dar, perdonar, obsequio, habilidad, obligación y objetivo.”

 

La vida esta llena de deudas, obligaciones y cosas que debemos a los demás en espíritu de servicio. Algunas de las cosas que debemos a los demás incluyen: costos de matricula, impuestos, créditos, deudas de tarjetas de crédito, cuentas de servicios, trabajar por nuestro salario, seguros, costos de servicios de salud… y la lista sigue y sigue.

 

En otro plano, aunque menos obvio, hay toda una gama de cosas que son aún más importantes y que debemos otorgar a los demás en el espíritu de la generosidad: Tiempo, talento, respeto, reverencia, fidelidad, honestidad, cuidado, preocupación, consideración, bondad, paciencia, justicia, paz, reconciliación… y esta lista también sigue y sigue.

 

Supongo que si una persona se detiene a considerar todas las cosas que él o ella le debe a alguien más, esto puede resultar una experiencia abrumadora. Quizás sea mejor hacer lo que San Pablo aconseja cuando nos dice “No adquieran ninguna deuda con nadie, a menos que sea esa una deuda que los una en el amor a los demás”. La deuda del amor – el lazo del amor- no es solamente la obligación más importante que tenemos con los demás: también incluye todas las otras cosas, virtudes y acciones que debemos a los demás… cosas que debemos otorgar a los demás.

 

En una carta a Santa Juana de Chantal, San Francisco de Sales escribió: “Debo decir que no se de ningún tipo de unión o de lazo que nos una que implique ningún otro tipo de obligación que no sea la del amor divino y la verdadera amistad cristiana, lo que San Pablo llama ‘la unión en la perfección’ este lazo es como su nombre lo indica, perfecto, por que es indisoluble y jamás se debilita. Cualquier otro lazo es temporal…. Pero el lazo del amor crece y se fortalece a medida que pasa el tiempo. No puede ser cortado por la muerte, que de una tajada lo corta todo excepto la caridad… Así pues, este es nuestro lazo, estas son nuestras cadenas que entre más nos aprietan, entre más nos tallan, más alegría y más libertad nos traen… nada es más flexible que ese lazo; nada es más fuerte.” (Cartas de Dirección Espiritual, pagina 127)

 

Nuestras vidas están llenas de deudas y de obligaciones que tenemos con los demás. En medio de los intentos que hacemos a diario para cumplir con estas obligaciones, que Dios nos de la gracia para recordar y enfocarnos en la deuda que verdaderamente importa.

 

El lazo del amor… y las obligaciones – a las que este conlleva.